Abengoa Bioenergía y Cepsa también se encuentran en el grupo impulsor de la plataforma Bio-Based Industries. Centros de investigación españoles como Ainia, Tecnalia, Cener, CSIC y las universidades de Vigo, Politécnica de Madrid y Barcelona, entre otros, también han mostrado su interés en incorporarse al proyecto, que cuenta con una inversión inicial de 3.800 millones de eruos, de los cuales la CE aporta mil millones. Su principal objetivo es “liderar la transición hacia una sociedad post-petrolera, a la par que disociar el crecimiento económico del agotamiento de los recursos y el impacto ambiental”.
A mediados de julio, la Comisión Europea dio a conocer el programa de inversiones (22 000 millones de euros) que esta institución, junto a las empresas y los Estados miembros, realizarán en innovación en los próximos siete años en diversos sectores de investigación con el fin de crear empleos de calidad. La mayor parte de la inversión de destina a cinco asociaciones público-privadas, y de ella, 3.800 millones (mil aportados por la UE) a una iniciativa para investigar y desorrallar productos y mercados con bio-industrias y biorrefinerías, cuyo nombre es Bio-Based Industries (BBI)
Las 47 empresas que hasta el momento forman parte de la plataforma, que recibe también el nombre de Bridge 2020, proceden principalmente de la industria química, biotecnológica y papelera y, en menor medida, de la fabricación de biocombustibles. La representación española es la más variada, ya que incluye productores de biomasa y celulosa (Ence), de biocombustibles (Abengoa Bioenergía), de fertilizantes y otros productos químicos (Fertiveria) y petroleras (Repsol y Cepsa). Además de nombres conocidos en estos sectores, como Novozymes, Cargill, Solvay y Stora Enso, incluye a otros como la aerolínea holandesa KLM.
La investigación española, muy interesada en BBIEn la nota de prensa en la que Ence anuncia su incorporación a BBI, se explica que “a través de esta asociación pública‐privada se quiere impulsar el crecimiento y el empleo en Europa, especialmente en las zonas rurales, gracias a la inversión en nuevas y sostenibles formas de desarrollo económico”. El objetivo principal anunciado por Bridge 2020 es “liderar la transición hacia una sociedad post-petrolera, a la par que disociar el crecimiento económico del agotamiento de los recursos y el impacto ambiental”.
Según el comunicado de Ence, para hacer realidad este objetivo, el consorcio “capitalizará la innovación y el liderazgo tecnológico en Europa para ofrecer soluciones de base biológica a escala comercial. Los sectores se reunirán para optimizar y crear nuevas cadenas de valor, conectando directamente a los agricultores y silvicultores con los consumidores. Se pondrán en marcha proyectos de demostración y expansión a través de los Estados miembros de la UE, que se beneficiarán de las nuevas oportunidades de crecimiento y empleo”.
En este desarrollo científico e industrial, que pretende crear productos y mercados relacionados con sectores como la celulosa, alimentos, piensos, química y combustibles, también quiere estar presente la investigación. Sesenta centros punteros en Europa han mostrado ya su interés en incorporarse a BBI Sorprende que casi la mitad de estos organismos, 27, sean españoles. En concreto, se trata de ocho universidades (León, Politécnica de Madrid, Barcelona, Girona, Lleida, León, Valladolid y Zaragoza) y diecinueve centros de investigación, algunas con amplia experiencia en el sector de los biocombustibles, como Ainia, Tecnalia, Cener, Cidaut, Ciemat y Cartif.